Sección realizada por Simplemente Pancho

¿Qué pasa con Las Condes? (y con los cuicos)


Para ninguno de nosotros, simples mortales que conforma el amorfo conglomerado conocido como ”perraje”, “pueblo”, “el montón”, es desconocido el hecho de que los más ilustres individuos de nuestra sociedad poseen por derecho casi divino un espacio reservado sólo para ellos. Ocurría en los tiempos pasados y ocurre en estos, aunque de manera mucho más sutil. En mi corta exploración por los rincones que conforman esta urbe llamada Santiago, he notado, quizás ustedes también, la acentuación de este fenómeno en contraste con las demás cuidades de provincia. Más de una vez escuché a alguien decir que aquí el límite se traza en plaza Baquedano (o Italia), que los cuicos en su vida han pisado la plaza de armas, que todavía creen que en puente alto hay caminos de tierra. ¿Y esto, estimado lector, por qué se da? A mi juicio, sucede porque los llamados “cuicos” poseen un sector que de un tiempo a esta parte les ha hecho menos necesario el traslado a otras zonas de la capital. Ya no necesitan bajar a estudiar necesariamente en la Católica, aún cuando es su aspiración, ya que cuentan con un amplio abanico de universidades privadas de mediana y, algunas, de buena calidad. Y lo más importante, cerca de sus casas. Ya no necesitan ir al centro de Santiago para comprar cualquier chuchearía, se encuentran en la avenida Apoquindo con una cantidad significativa de locales comerciales. Qué decir de los hospitales, las clínicas están casi todas en su sector de dominio. Los colegios les quedan al alcance de la mano.

También, en otros planos, los más ilustres, cuentan con productos reservados exclusivamente para ellos. Antaño las teleseries eran en su mayoría del mundo popular, y, si se mostraba al rico era desde una óptica de un ser un tanto solitario. Era la familia cuica, pero no todos eran cuicos. Hoy no. Ellos cuentan con telenovelas que están hechas para ellos y que los hacen identificarse; todo comenzó con Los Treinta y siguió, entre otras, con Disparejas y Alguien te mira. Para los más pequeños les hicieron Karkú y, el colmo de los colmos, Bakán.

El lector podrá preguntar, con justa razón, ¿y que tiene que ver esto con Las Condes? Tiene en realidad mucho que ver ya que es en esta comuna donde se ve con mayor claridad este fenómeno. ¿Acaso no recuerda el lector el cierre de una calle por parte del alcalde de la Maza? Esa medida es anticonstitucional, pero igual lo hizo, al menos por un tiempo. Lo hacia porque las prostitutas molestaban a los “vecinos” de Las Condes, aun cuando eran esos mismo vecinos los que se atendían con las señoritas. Este año el mismo alcalde hizo por vez primera un espectáculo pirotécnico para el dieciocho de septiembre. Solo en las Condes se hizo. ¿Y quién recuerda la avioneta de Lavín que pretendía despejar el cielo, de Las Condes?

Esta comuna, que antaño era sólo un pueblito que inspiró un muy linda canción, tiene deseos de independencia. No de independencia en el sentido real de la palabra, pero si desea, y lo está haciendo, separarse lo más posible de la chusma. Basta revisar el slogan de la municipalidad; Las Condes, comuna ciudad. ¿Acaso ya no es parte de Santiago?



4 comentarios

  1. Anónimo // 8 de octubre de 2007, 19:49  

    desde hoy odio a las condes

  2. Anónimo // 9 de octubre de 2007, 14:19  

    Estimado columnista el fenómeno que usted describe con un dejo de crítica, me parece que guarda relación con la idiosincrasia y la poca evolucionada cultura “Chilensis”. Primero que todo estamos en un país en que prima el nivel social antes de las capacidades personales en todo ámbito de situaciones, es decir, es más importante al evaluar y relacionarse con alguna persona el origen y la procedencia del individuo antes que sus valores y capacidades intelectuales. Por ende se busca en cierto modo impedir que personas que no han tenido un pasado aristocrático o no compartan un estatus económico no se consideren miembros de una determinada comunidad, es cierto que estamos en un estado de derecho y una muy manoseada democracia que determina que cada individuo puede hacer, pensar y actuar según sus marcos valóricos o morales e incluso buscar relacionarse con quien ellos determinen que es mejor, sin embargo estos núcleos resultan ser molestos en el sentido que el complejo de burbuja y la marcada intolerancia al perraje determinan que construyan una sociedad a aparte sin integración y con un sentido de extrema superioridad. Una sociedad evolucionada y desarrollada vence estas separaciones, encontrando en la integración y el respeto el desarrollo comunitario. Es egoísta pensar solo en el bien de un determinado grupo de personas así no se consigue el éxito y desarrollo como país de un punto de vista intelectual, valórico, de derecho y respeto. En conclusión a esta comunidad le aterra la idea de compartir con “gente” que pudiera ensuciar sus valores y destruir su armonía, pero todos debemos crecer e interactuar para trabajar por un desarrollo y bienestar si justo lo mas cerca posible. Como recomendación les insto a leer el libro del Dr. Kaoru Ishikawa: ¿Qué es el control total de calidad? La modalidad japonesa. Es un libro que describe y encierra el éxito de la sociedad japonesa en base a la valoración del individuo su integración en el trabajo no importando su condición social y por sobre todo el respeto y el sentido de crecimiento comunitario que llevo a Japón a lo que es hoy.
    Rodrigo A..-

  3. Anónimo // 11 de octubre de 2007, 20:40  

    me parece que el columnista no tiene idea de lo que pasa realmente en mi comuna. hemos intregrado cada vez mas a los mas necesitados, la municipalidad ofrece multiples ayudas economicas, educativas y sociales en beneficio de esta pobre gente. eso si, todo tiene que estar en su respectivo lugar. nosotros no podemos vivir al lado de ellos porque somos diferentes, no tenemos la misma realidad. en mi colegio, saint george, se intento hacer un plan para insertarlos en nuestra sociedad. fracaso rotundamente porque ellos no se sentian comodos. deben seguir viviendo en las comunas que les pertencen, asi como nostros en nuetsro vecindario.

  4. Anónimo // 11 de octubre de 2007, 23:26  

    Estimado anónimo de las condes, no creo que esta critica trate sobre el cuestionamiento a lo que usted describe como caridad, el punto es que una marcada diferencia y poca cabida a un desarrollo común no hace que una sociedad evolucione, es grave observar que no se considere como una real opción diversificar los conocimientos y la educación, vivenciar realidades diferentes (asumir), disminuir las brechas…si no sociales de forma tan variadas como culturales, ideológicas e intelectuales, entre cualquier mujer o hombre que es parte importante en una sociedad. No se trata de regalar oportunidades para sentirse bien de acuerdo a una doctrina inspirada por su colegio, que me parece respetable y loable, eso no va a servir de nada si personas como tú y yo no cambian la manera de clasificar a las personas en base a sus recursos y apellidos. ¿Qué ocurre con el respeto a ser personas?
    Rodrigo A.-